Voy a hablar de una patología muy frecuente en las mujeres. No soy mujer, pero puedo comprender el calvario que puede llegar a ser esta situación sólo recordando alguna cara de mis pacientes. Se estima que al menos la mitad de las mujeres tendrán un episodio a lo largo de su vida.
Se trata de un proceso inflamatorio que afecta a la capa que recubre el interior de la vejiga, que en ocasiones está provocada por un proceso infeccioso bacteriano. Pero el concepto de cistitis no se limita a procesos infecciosos bacterianos, las hay por causas víricas, por causas autoinmunes, debidas a tratamientos, causadas por enfermedades tumorales, etc. de ahí la importancia de un buen diagnóstico.
Los síntomas y signos que se asocian a este proceso son:
Picor y ardor al orinar.
Dolor o pesadez en el bajo vientre, también lumbar bajo.
Sensación continua de urgencia por ir al baño.
Terminar de orinar y tener la sensación de que hay que seguir.
Presencia de sangre en la orina.
Escapes de orina.
No se asocia con una cistitis normal síntomas o signos como:
secreción vaginal mayor de la habitual, maloliente o blanquecina,
picor vaginal,
fiebre
dolor lumbar alto, entre otros.
Son tan frecuentes que el médico ideal para diagnosticar y tratar este problema es el médico de atención primaria. Si se trata de una mujer que ha tenido más de 3 infecciones en un año o que han pasado menos de 6 meses de la última, quizás sí que se precise una investigación algo más profunda (urólogo).
Las recomendaciones de las principales guías para el manejo de esta patología recomiendan una entrevista clínica exhaustiva, una muestra de orina para una analítica rápida, y el inicio de un tratamiento sin esperar a los resultados de un cultivo.
Como se trata de un proceso inflamatorio, el tratamiento analgésico y/o antinflamatorio podría ser suficiente, pero la presencia de una posible complicación infecciosa alta (3,8%), hace recomendable el tratamiento antibiótico. Sin ningún tipo de tratamiento, es un proceso autolimitado que la mayoría de las mujeres son capaces de solucionar. El tratamiento tiene como fin acortar la duración del proceso y evitar la complicación comentada.
Los tratamientos de una cistitis aguda deben de ser cortos, preferiblemente de un día de duración con una dosis única, como siguiente opción tratamientos a dosis bajas, con antibióticos generalmente antiguos, con duraciones de 3-5 días. Actualmente en guías no hay medicaciones recomendadas que duren más de 5 días.
Ya no se recomiendan las penicilinas tipo ampicilinas con clavulánico por su amplio espectro, y desde marzo de 2019 están contraindicadas en Europa las quionolonas (ciprofloxacino, norfloxacino, ofloxacino). Es muy importante ser estrictos en este tema, para no incidir en el problema de las resistencias antibacterianas. Es muy común que lleguen pacientes quejándose del primer tratamiento que le pusieron con expresiones como “fue muy corto” o “sólo me mandó esta dosis”….y curiosamente los comportamientos correctos de los compañeros médicos son penalizados por algunos pacientes que reclaman más tiempo o más dosis.
Tras el tratamiento lo habitual es que los síntomas desaparezcan o vayan disminuyendo progresivamente. Si se tomó urocultivo antes de iniciar el tratamiento antibiótico, se comprobará que el tratamiento fue el adecuado y que realmente se trataba de una infección urinaria, caso contrario, poner el tratamiento adecuado o acudir al urólogo.
En caso de persistir la clínica se deberán tomar un urocultivo, exudado vaginal para bacterias, hongos y, en ocasiones, para parásitos. Si hubiera duda, también uretral, y con tratamiento antiinflamatorio y los resultados de los mismos acudir a consulta del urólogo.
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